Es mi primer fanfic y primer cap, disculpen si no les parece muy emocionante, iré mejorando se los prometo
CAPITULO INo puede ser que ya sean las 11 de la noche y aún siga en camino hacia casa, creo que debo tomar un taxi, se que si llego muy tarde, me irá muy mal.
Realmente no tengo ni la más mínima idea porque mi casa es un terror, preferiría vivir debajo de un puente a vivir en mi propio hogar, aunque no lo crean es realmente un terrible lugar para pasar la noche, lo único que se escuchan son remiendas y gritos por todas partes, pero bueno no hay nada que pueda hacer, solo esperar hasta los 18 para poder irme a vivir sola y tranquila, no saben como ansío ese día.
Tomé un taxi que me dejaría en la puerta de mi casa, solo tardó 30 minutos y al fin llegué.
Tome un profundo respiro y entre a mi casa, cuando atravesé la puerta, no escuche ninguna remienda ni grito hacia mí, todo lo contrario todo estaba realmente silencioso, algo muy raro en mi casa estaba sucediendo.
Entre lentamente hacía la sala, y no encontré a nadie, no veía ni la sombra de “shadow” mi gatita, apropósito, es muy linda y tímida a la vez.
Ya que no encontraba a nadie, subí a mi dormitorio, al fin podría descansar un poco, escuchar música o talvez estar echada en mi cama durante horas, mandando mensajes a mis amigos, pero no fue así, apenas llegué al segundo piso, vi a mi papá haciendo las maletas, echando toda su ropa en una mochila enorme,-¿Qué haces papá?-No preguntes y anda a empacar tu ropa, te vas conmigo-fue lo único que me respondió, no pude ni responderle porque me cerró prácticamente la puerta en la cara antes de que pueda decir algo.
Como mi papá me lo dijo fui a empacar mi ropa, en realidad no sabía que llevar, ni siquiera sabía cuanto tiempo íbamos a irnos, lo primero que hice fue agarrar mi maleta y meter todo lo que alcance, polos, pantalones, zapatos, ya saben todo lo que una chica necesita y debe de cargar en una mudanza, aunque en realidad no sabía si esto era una real mudanza…
“Woow cielos, ¿cuanto tiempo me quedé dormida?”
Fue lo primero que dije al despertarme asustada, miré mi reloj y eran las 2 de la mañana, no se escuchaba nada en la casa, salí de mi habitación y vi que la luz del cuarto de mis padres estaba encendida, me acerqué para ver por la puerta y me encontré con la fija mirada de los ojos de mi papá.
“Supongo que ya empacaste todo, ¿verdad?”
“Bueno si… ya esta todo, pero primero quiero saber, ¿A dónde nos vamos?”
“Tu mamá y yo necesitamos espacio separados, así que nos vamos de nuevo a nuestra casa en Utah, decidí irme contigo y con Lina”
“Pero y mi escuela…”
“Ya veremos…”
Fue lo último que dijo, sinceramente, nunca me llevé bien con mi papá, siempre me grita por todo y espero que en esta convivencia que tendremos juntos, las cosas no sean iguales a como lo son todos los días. Realmente voy a extrañar esta ciudad, no me quiero ir, no ahora…
Llegaron las 4 de la tarde, hora de irnos, tomaríamos el avión a las 6 aproximadamente, me despedí de mi mamá con un abrazo y de mi hermano con simplemente un Adiós, me abrasé tanto de mamá que ya la empezaba a extrañar, en un movimiento brusco mi papá me jaló de ella, cruzamos la puerta y él la cerró con fuerza.
Durante el camino no hablamos ni una sola palabra, ni con mi papá ni con mi hermana, parecían congelados en vida, fueron 2 horas de camino al aeropuerto, me olvidaba mencionar que nuestra casa quedaba muy lejos de la ciudad, era un pequeño pueblo.
Cuando al fin llegamos, nos registramos, dejamos nuestro equipaje, y esperamos 15 minutos antes de subir al avión, viajamos por 3 horas, no fue tan lejos, todo el viaje la pasé dormida, además ¿que otra cosa además de dormir podía hacer?.
¡Llegamos!, era muy raro estar devuelta en Utah, no había estado aquí por hace más de 11 años, este lugar es muy lindo y en esta época del año es muy cálido.
Mi papá había alquilado un coche con el cual nos podamos movilizar por la ciudad, además estoy a punto de cumplir los 16 y ya podré manejar.
Al principio no recordaba donde era la casa, pero cuando nos íbamos acercando cada vez más, imágenes de mi niñez se me venían a la cabeza.
Cuando llegamos, la casa estaba como si nunca la hubiéramos dejado, limpia, ordenada, como si alguien hubiera estado viviendo en ese lugar.
“Vayan a sus cuartos y desempaquen, después rehagan sus vidas”
Fue tan superficial lo que papá dijo, no era nuestra culpa y el no debía de estar molesto con nosotras, pero en fin, ¿Quién dijo que la vida siempre era alegre?
Subí al segundo piso y escogí la habitación que tenía mi nombre en ella, era muy linda, paredes verdes con violeta, un poco gastado el color, pero no había problema, la cama muy limpia y el mueble de ropa estaba vacío, justo como lo quería para poner mi ropa en ellos.
Pase prácticamente todo el resto de la tarde desempacando, no habían pasado ni 12 horas y ya extrañaba a mamá, unas lagrimas se me cayeron por la mejilla y fue cuando me tire al suelo a recordar momentos de mi niñez, en eso vi algunos papeles tirados bajo mi cama, lo primero que hice fue sacarlos rápidamente, eran fotos mías de pequeña, con mi mamá, papá, hermanos, y esperen… ¿Quién era ese niño?
Era un niño con apariencia tierna, que me abrazaba, al parecer era mi amigo, pero para ser sincera no lo recuerdo.
En la foto aparentemente tenía 2 años o 3, ya ni siquiera lo recuerdo, podría jurar que nunca viví esa época, no me acordaba de nada.
Me quedé como 20 minutos viendo las mismas fotos, me habían hecho olvidar de mis tristezas por un momento.
“Bajen, que vamos a ir al café de la ciudad a tomar o comer algo”
Era mi papá llamándonos para ir a cenar, realmente no tenía ganas de pararme del suelo, estaba muy concentrada recordando, pero bueno, mi estómago ya crujía de hambre, así que metí las fotos en mi bolsillo, y me dirigí hacia el primer piso.
Como siempre, no dijimos ni una palabra, subimos al auto, llegamos al café y nos sentamos en una mesa trasera, mi papá ordenó un sándwich, mi hermana un jugo con bistec y yo como siempre ordené papas fritas con huevo. Una amable mesera nos trajo la comida a la mesa muy rápidamente, sin decir una sola palabra empezamos a comer, hasta que vi mi plato vacío.
“Disculpen necesito ir al baño”
Me paré y me dirigí al baño, habían tantas puertas que no sabía cual abrir, de pronto volteo y me doy con la mirada de una señora muy curiosa.
“Disculpa la molestia, pero ¿Eres tu Meyl?”
“Si lo soy”
“¡Dios Mió! Han pasado años sin verte, discúlpame nose si me reconozcas soy una amiga de tu familia, no los volví a ver desde que se fueron de la ciudad”
“Discúlpeme a mi por no reconocerla, si creo que estoy recordando algo”
En ese momento empecé a recordar muchas cosas, al menos alguien me conocía.
“¿Tu mamá donde esta? ¿Se van a quedar mucho tiempo?”
“E venido solo con mi papá, mamá se quedo con mis demás hermanos en casa”
“No puedo esperar a saludarlo, voy a su mesa, ¿vienes conmigo?”
“En un rato voy, necesito entrar al baño un momento”
Esta señora, de la que aún no sabía su nombre se dirigió hacia la mesa de mi papá y yo entre al baño. Cuando salí choque mi espalda con la de alguien e hizo que las fotos se me cayeran”
“Discúlpame”- Fue lo único que atine a decir.
Él recogió las fotos, las vio y abrió los ojos muy grandes.
“Eres tú, volviste”
Me abrazó muy fuerte, no entendía nada, lo que hice fue seguirlo y poner mis manos alrededor de su cintura, algo como un abrazo, soy algo tímida así que no soy buena para dar abrazos y menos a un desconocido.
“Disculpa, ¿Tu eres?”
“¿No me recuerdas? Soy David, tu amigo de la infancia, el nerd que en esa foto esta sentado a tu costado”
Cuando dijo eso, empecé a reír y a recordarlo, él era el niño de la foto, el que vivía al lado de mi casa, con el que jugaba todas las tardes, Él era David.
“¡Si!, ahora recuerdo, David, David, si eres tú”
Fue casi lo primero coherente que le dije, después de esa frase empecé a reír descontroladamente, lo hago siempre cuando me pongo nerviosa o muy alegre, lo bueno fue que lo entendió…